La Solheim Cup y Carlota Ciganda unen sus destinos para construir la mejor historia jamás soñada
- Europa y Estados Unidos empatan a 14 puntos en una edición apasionante, lo que permite retener el trofeo a las europeas
- El equipo europeo inscribe su nombre en el palmarés por tercer año consecutivo, una sucesión de éxitos sólo conseguida por Estados Unidos en las tacadas comprendidas entre 1994-1998 y 2005-2009
- Carlota Ciganda completa su sueño de conseguir en España todos los títulos amateurs y profesionales posibles, incluida una Solheim Cup para el recuerdo
La historia le ha reservado a la primera Solheim Cup celebrada en España y a Carlota Ciganda el mejor guion posible jamás soñado, un empate a 14 puntos que se considera victoria para Europa -el ganador de la edición anterior retiene el trofeo- y una actuación primorosa que sitúa a Carlota Ciganda como referencia indiscutible del golf femenino español, europeo y mundial.
No en vano, estaba en juego, además del triunfo propiamente dicho, la eclosión de un relato colectivo y otro individual íntimamente relacionados. Por una parte, Europa aspiraba a sumar su tercer triunfo consecutivo, una ristra de victorias nunca conseguida hasta la fecha por las europeas. Por otro lado, Carlota Ciganda soñaba con superar con éxito el reto supremo de ganarlo todo en España tras acaparar todos los títulos de los torneos amateurs y profesionales de importancia celebrados en nuestro país.
Ambas aspiraciones quedan unidas desde ahora en los anales de la historia del golf femenino profesional y de la historia personal de una Carlota Ciganda que, con 4 puntos, se distinguió como la jugadora más productiva de la presente edición de la Solheim Cup 2023, que concluyó con la generalizada sensación del deber cumplido.
Una buena organización; una masiva presencia de público; un animado y sano ambiente en las gradas; un juego revestido de igualdad y emoción constituyen los sólidos cimientos de un legado que se extenderá con palpable actividad durante los próximos años a lo largo y ancho de Andalucía, a lo largo y ancho de toda España.
Las poliédricas e interesantes facetas que involucran a la celebración de la Solheim Cup 2023 respondió con creces a las expectativas creadas, pero sucumbió, como así debe de serlo, a un desarrollo deportivo apasionante que ha tenido en vilo a los aficionados de todo el mundo durante tres días de emociones intensas.
Con estas premisas y con doce partidos individuales en juego, dio comienzo una jornada final para el recuerdo. Los puntos donde se producían hechos noticiables se multiplicaban hasta el infinito; las acciones que poco a poco iban adquiriendo el calificativo de decisivas se reproducían como esporas; las alternativas en el marcador proliferaban a cada segundo.
Sólo el transcurso de los hoyos era capaz de dictar verdaderas sentencias. Ocurrió en los primeros partidos, cuando Estados Unidos sumaba sus primeros puntos de la mano de Megan Khang y Danielle Kang, bien neutralizados por sendas buenas actuaciones de Leona Maguire y Anna Nordqvist.
Y ocurrió también en los partidos intermedios, saldados con empate en aquellos que estuvieron protagonizados por las europeas Georgia Hall y Georgia Dryburgh, en ambos casos con la sensación de que podían haber sido ganados de no mediar algunos putts defectuosos en los momentos decisivos.
Temblaban las manos, ardían los palos, se escurrían las bolas… la tensión se palpaba en un ambiente crecientemente denso en busca de la resolución del enigma. Los partidos protagonizados por la sueca Madelene Sangstrom y la francesa Celine Boutier acabaron en el casillero norteamericano en los hoyos 15 y 17, una renta minimizada gracias al acierto de una Caroline Hedwall inmensa que en unos últimos hoyos inspiradísimos ofreció su punto a Europa, celebrados con furia brazo en alto en señal de reconocimiento y alegría.
Al filo del precipicio, con 12 a 13 a favor de Estados Unidos y ya con sólo tres partidos en acción, todas las miradas se congelaron en el mismo punto, en los enfrentamientos disputados por Maja Stark, Emily Pedersen y, claro que sí, la irreductible Carlota Ciganda.
La danesa Pedersen, en el último partido, poco podía hacer ante el empuje de la experimentada Lexi Thompson, mientras que la sueca Stark respondía con éxito al reto de sumar otro punto con connotaciones decisivas en el bando europeo, que necesitaba en cualquier caso de uno más para empatar a 14 y retener el título.
Y ahí estaba, como en tantas otras ocasiones, Carlota Ciganda, esa jugadora que gracias a su trabajo y talento ha tenido la oportunidad de escribir de su puño y letra parte de la historia personal y colectiva del golf femenino español y europeo. La navarra lo dio todo, lo contagió todo, ofreció lo mejor de sí misma para responder con éxito a cada una de las afrentas de Nelly Korda, número 2 del Ranking Mundial.
Nada, sin embargo, frenó a Carlota Ciganda, ni las mejores propuestas de Korda ni la presión que genera saber que en tus manos se encuentra el triunfo de Europa. El putt para embocar en el hoyo 16 y el golpe de salida del hoyo 17, que dejó la bola a un palmo de la bandera, constituyó por fin la eclosión de este relato colectivo y este relato personal que han unido los destinos de la Solheim Cup y Carlota Ciganda para construir la mejor historia jamás soñada.
ENTREVISTA – Calota Ciganda: “Sólo me falta ganar un Grande”
La navarra, que lo ha conseguido todo en nuestro país, incluida esta Solheim Cup, ya piensa en su próximo objetivo
“Lo he ganado todo aquí, pero me falta un Grande, sólo me queda ganar un Grande”, decía Carlota Ciganda unos minutos después de embocar el putt decisivo para empatar, y por tanto retener título, en la Solheim Cup que ha finalizado en Finca Cortesín. Con su victoria ante Nelly Korda, la española ha cerrado una semana de ensueño. “No la voy a poder olvidar en toda mi vida”, repetía.
Con la ropa impregnada de champán y una sonrisa indisimulable, la que se le ha puesto en el green del 17 tras meter ese putt, Carlota Ciganda ha hecho acto de aparición en el ‘Media Center’ de Finca Cortesín acompañada del resto de sus compañeras y de la capitana, Suzann Pettersen, que ha puesto voz al pensamiento del equipo: “Es un sueño hecho realidad”.
La protagonista principal de la comparecencia ha sido, no podía ser de otra forma, la navarra, que se ha acordado de todos los que le rodean en el día a día, “de toda esa gente que está detrás del equipo y que no aparece aquí. Me he acordado de la gente que quiero, que me ayuda, como mi familia o mi entrenador, la gente que me ayuda a ser quien soy hoy. Les doy las gracias por todo lo que hacen por mí”, decía emocionada.
Hablando del desarrollo de la semana, Carlota ha hecho hincapié en la importancia de haberse levantado “de la mañana del viernes, que fue muy dura. Estoy muy feliz porque hemos salido juntas de una situación muy complicada. Estamos todas muy contentas. A mis compañeras les gusta mucho España, ha sido todo perfecto, el campo, el hotel, hasta el tiempo. Es una semana que no vamos a olvidar ni mis compañeras ni yo”, agregó.
“No recuerdo bien lo que ha pasado tras el putt del 17”
Uno de los temas más comentados ha sido su eufórica reacción tras el putt del 17. “No recuerdo mucho ni lo que he hecho, me he abrazado con Álvaro, mi caddie, creo. Tengo un poco de… no me acuerdo. Ha estado todo muy igualado y, sinceramente, no recuerdo muy bien lo que ha pasado en esos momentos, tengo flashes”, confesaba.
Además, Carlota ha recordado que para ella “motiva más” jugar por equipos que sola. “Estamos acostumbradas a jugar individualmente, y hacerlo con estas compañeras motiva más. Y ya hacerlo en España, aún más. Quería disfrutar de cada momento, del hoyo 1, de todo… ¡Es que no voy a poder olvidar todo lo que ha pasado esta semana!”, contaba la española, que ha reconocido que la capitana sueca es, además, su ídolo.
Precisamente Suzann Pettersen ha sido quien le ha comunicado que su punto era el decisivo. “Me ha dicho que habíamos empatado y que con mi punto era suficiente. Me ha hecho mucha ilusión que haya sido con mi partido, pero el esfuerzo de todo el equipo”, ha concluido la genial golfista de Ulzama.